Mensaje a la posteridad...


Nuestro tiempo es rico en mentes descubridoras, cuyos descubrimientos podrían facilitar considerablemente nuestras vidas. Utilizamos la energía para cruzar los mares, y nos servimos de ella también para aliviar a la humanidad de todo trabajo muscular y fatigoso. Hemos aprendido a volar y somos capaces de enviar mensajes y noticias sin dificultad alguna a través del mundo entero por medio de ondas eléctricas.


Sin embargo la producción y distribución de los productos están completamente desorganizados de manera que todos vivimos con temor de ser eliminados del ciclo económico, sufriendo así la carencia de todo. Además, gentes que viven en diferentes países se matan unas a otras, a irregulares intervalos de tiempo, de manera que, también por esta causa, todo el que piense acerca del futuro tiene que vivir en temor y terror. Se debe esto a que la inteligencia y el carácter de las masas son imcomparablemente más bajos que la inteligencia y el carácter de los pocos que producen algo valioso para la comunidad.


Espero que la posteridad lea esta afirmación con sentimiento de orgullo y de justificada superioridad...


Albert Einstein


¿Será que algún día podremos leer este texto con un sentimiento de orgullo y de justificada superioridad? ¿Será que las matanzas a irregulares intervalos de tiempo, sean simplemente una conducta ciclica? ¿Será que estamos construyendo la sociedad del conocimiento? ¿Será que estamos impulsando la distribución social del conocimiento? ¿Será..?

De la importancia de divulgar...

Se dice que la cantidad de información científica generada en los laboratorios, observatorios y estudios del mundo se dobla cada década, de modo que el número de publicaciones científicas publicadas en esta última década iguala al número total publicado en todos los años precedentes.

Seguramente esta creciente inflación informativa no puede continuar con carácter indefinido, o ni siquiera durante mucho tiempo, sin descomponer el proceso al que tendría que servir. La Ciencia se podría ver frenada por falta de información y no porque no existan los conocimientos precisos, sino porque se ven irremediablemente perdidos en un maremágnum de otras informaciones triviales.

Si la humanidad desea seguir progresando en sus conocimientos, tendrán que producirse nuevas y profundas transformaciones en el tratamiento de la información.

Las máquinas están empezando a ofrecer soluciones a estos probelmas. El hombre solo ya no podrá abarcar esta cantidad inverosímil de informaciones (más de tres millones y medio de documentos científicos y técnicos publicados cada año en el mundo) más que con ayuda de las computadoras.

La enorme cantidad de información científica y técnica que se produce año con año, supone un riesgo que empieza a causar estragos en nuestra sociedad, ante la incapacidad de poder verificar cada uno de los nuevos conocimientos, los publicistas saben que dar un sentido científico y/o técnico a un producto representa credibilidad y asegura la complacencia del consumidor, de esta manera de unos años a las fechas los productos comerciales se han visto rodeados de una parafernalia pseudocientífica, a los jabones ahora se les presenta como "dermolimpiadores", los detergentes contienen productos "bioactivos", solo por poner unos ejemplos. Si carecemos de una formación científica básica nos volvemos presa fácil del mercado.

Todavía peor, hay quienes se arman de un discurso lleno de términos y recursos de pseudodialéctica y se dedican a embaucar a ingenuos, divulgando pseudociencias que van ganando cada vez más adeptos, que ni siquiera alcanzan a distinguir las bases de su conocimiento, construido en castillos de naipes.

Para contrarestar esta dinámica, ahora que se impulsa con tanto entusiasmo la construcción de las sociedades del conocimiento debemos prestar atención al compromiso que ello representa a todos niveles, autoridades bien informadas, que basan sus decisiones en base a conocimientos objetivos, consultas a expertos, etc.; investigadores comprometidos en aprovechar al máximo las nuevas herramientas para la socialización de su labor, más allá de su compromiso institucional, en un ejercicio coherente con su ética como científicos; una sociedad que demande mejores y mayores recursos para formarse, alternativas para certificar sus conocimientos, etc.

Este ítem se elaboró utilizando información del texto: "Civilización tecnológica e información: el periodismo cinetífico, misiones y objetivos" de Manuel Calvo Hernando, editorial mitre, España 1982.